
Predicó tanto en
sinagogas como al aire libre, y las muchedumbres se congregaban para escuchar sus palabras. Entre sus discursos, destaca el llamado
Sermón de la Montaña, en el
Evangelio de Mateo (Mt 5-7). Utilizó a menudo
parábolas para explicar a sus seguidores el Reino de Dios. Las
parábolas de Jesús son breves relatos cuyo contenido es enigmático (a menudo han de ser después explicadas por Jesús). Tienen en general un contenido escatológico y aparecen exclusivamente en los
Evangelios sinópticos. Entre las más conocidas están la
parábola del sembrador (Mt 13,3-9; Mc 4,3-9; Lc 8,5-8), cuyo significado explica Jesús a continuación; la de la semilla que crece (Mc 4,26-29); la
del grano de mostaza (Mt 13,31-32; Mc 4,30-32), la
del trigo y la cizaña (Mt 13,24-30), la
de la oveja perdida (Mt 18,12-14; Lc 15,3-7) y la
de la moneda perdida (Lc 15,8-10), la del siervo despiadado (Mt 18, 23-35), la de los obreros enviados a la viña (Mt 20,1-16), la
de los dos hijos (Mt 21,28-32), la
de los viñadores homicidas (Mt 21,33-42; Mc 12,1-11; Lc 20,9-18); la de los invitados a la boda (Mt 22, 1-14), la
de las diez vírgenes (Mt 25,1-13), la
de los talentos (Mt 25,14-30; Lc 19,12-27), la
del juicio final (Mt 25,31-46). Dos de las más conocidas aparecen solo en el
Evangelio de Lucas: se trata de la
parábola del buen samaritano (Lc 10,30-37) y la del
hijo pródigo (Lc 15,11-32). En las parábolas, utiliza Jesús frecuentemente imágenes relacionadas con la vida campesina.
Mantuvo controversias con miembros de algunas de las más importantes sectas religiosas del
judaísmo, y muy especialmente con los
fariseos, a quienes acusó de hipocresía y de no cuidar lo más importante de la
Torá: la justicia, la compasión y la lealtad (Mt 12, 38-40; Lc 20, 45-47).
La originalidad de su mensaje radicaba en la insistencia en el
amor a los enemigos (Mt 5,38-48; Lc 6, 27-36) así como en su relación estrechísima con Dios a quien llamaba en arameo con la expresión familiar
Abba (Padre) que ni Marcos (Mc 14,36) ni Pablo (Rm 8, 15; Gal 4, 6) traducen. Se trata de un Dios cercano que busca a los marginados, a los oprimidos (Lc 4, 18) y a los pecadores (Lc 15) para ofrecerles su misericordia. La oración del
Padre nuestro (Mt 6,9-13: Lc 11,1-4), que recomendó utilizar a sus seguidores, es clara expresión de esta relación de cercanía con Dios antes mencionada.